Estudios psicológicos
Mucho se ha escrito sobre la personalidad de Hitler, despues de su muerte. No han faltado los "estudios psicológicos" con pretensiones científicas, alusivas a una supuesta tendencia psicopática del caudillo alemán, aunque de dudosa veracidad. Según varios psiquiatras vinculados al sector aliado vencedor de la Guerra, dedicados a la Literatura y a la Historia Contemporánea, Hitler fue un loco sangriento. Un loco!... Pero, por Dios!, para dominar a un loco basta con dos guardianes forzudos. Para reducir a un loco no hace falta organizar la mayor coalición mundial que el mundo ha visto. No parece muy razonable creer que pueda llegarse a las alturas que alcanzó Hitler, siendo un paranoico. No se salta del anonimato a Canciller del mayor país de Europa en unos años, sin el respaldo de una fabulosa fortuna y sin otra influencia que el peso de su propia personalidad, siendo un loco criminal que dirige una asociación de malhechores. Tal versión solo puede ser apta para el cerebro subdesarrollado del pitecántropo demo-marxista. A base de miles de millones y de lavado cerebral publicitario puede, en Democracia, fabricarse un estadista, pero no puede hacerlo un movimiento antimarxista que no sólo no cuenta con el apoyo de la Alta Finanza, sino que se enfrenta a ella.
Desocupación
¿Un loco?... Sea. Pero un loco que en menos de tres años dio trabajo a seis millones y medio de desocupados que le había dejado en herencia la democrática República de Weimar y aun pudo dar empleo a dos millones de obreros extranjeros, procedentes de países democráticos como Francia, Polonia, Checoslovaquia, Lituania, la Austria de Dollfuss, que debían ira a ganarse el pan al "infierno nazi". La tesis oficial pretende que Hitler pudo emplear a sus desocupados gracias a la fabricación de armamentos. Falso: Inglaterra y Francia empezaron su rearme antes que Alemania -de hecho, no cesaron de armarse desde el Tratado de Versalles- y sin embargo tenian paro obrero y Estados Unidos tiene, hoy, fábricas de armamento (y de cohetes, satélites artificiales y bombas atómicas e hidrógenas) y tiene una masa flotante de ocho a diez millones de desocupados.
(Como indica Bochaca, si fuera cierta la versión de que Hitler pudo sacar el país adelante gracias a la fabricación de armamento, entonces cualquier país podría salir de una crisis instalando fábricas de armas, lo cual es obviamente falso.)
(Como indica Bochaca, si fuera cierta la versión de que Hitler pudo sacar el país adelante gracias a la fabricación de armamento, entonces cualquier país podría salir de una crisis instalando fábricas de armas, lo cual es obviamente falso.)
Conquistador
¿Un loco?... Bien. Pero un loco que fue el mayor conquistador de la historia. ¿Dónde está Napoleón, el Aníbal, el César, el Alejandro que haya hecho algo parecido? Hitler conquistó Polonia en quince dias, Dinamarca en siete horas, Noruega en un par de semanas, Holanda en cinco dias, Bélgica en una semana y media, una Francia xenófoba y orgullosa, armada hasta los dientes detras de su pacífica Línea Maginot, en tres semanas, la Isla de Creta sin utilizar una chalupa, Grecia y Yugoslavia en una campaña relámpago que costó menos sangre que uno solo de los innumerables bombardeos terroristas de la RAF.
La Wehrmacht se paseó victoriosa desde el Cabo Norte hasta las montañas del Cáucaso. Y cuando, frente a la mayor coalición de que habla la Historia, luchando en proporción adversa de casi uno contra diez, mientras sus débiles aliados le traicionaban o le abandonaban uno tras otro, no fue un nuevo Beresina, allí donde Napoleón se hundió sin remisión, Hitler, dirigiendo personalmente las operaciones se mantuvo en pie, asestando golpes terribles y causando a su adversario veinte millones de bajas.
¿Un loco?... Sí. Eso decía Churchill, el humanitario promotor del terrorismo aéreo sobre Europa. Pero un loco homicida que ofreció nueve veces una paz-empate cuando era vencedor absoluto, desde 1940 hasta 1942. Un loco homicida que con garantía de su voluntad de paz con Occidente envió a Inglaterra a su lugarteniente Rudolf Hess (ver el artículo Rudolf Hess, mensajero de la paz).'
La Wehrmacht se paseó victoriosa desde el Cabo Norte hasta las montañas del Cáucaso. Y cuando, frente a la mayor coalición de que habla la Historia, luchando en proporción adversa de casi uno contra diez, mientras sus débiles aliados le traicionaban o le abandonaban uno tras otro, no fue un nuevo Beresina, allí donde Napoleón se hundió sin remisión, Hitler, dirigiendo personalmente las operaciones se mantuvo en pie, asestando golpes terribles y causando a su adversario veinte millones de bajas.
¿Un loco?... Sí. Eso decía Churchill, el humanitario promotor del terrorismo aéreo sobre Europa. Pero un loco homicida que ofreció nueve veces una paz-empate cuando era vencedor absoluto, desde 1940 hasta 1942. Un loco homicida que con garantía de su voluntad de paz con Occidente envió a Inglaterra a su lugarteniente Rudolf Hess (ver el artículo Rudolf Hess, mensajero de la paz).'
Nuevo Orden
¿Un loco?... Sí. Un loco que señaló antes que nadie el peligro comunista a escala mundial, reconocido por todos y como prueba de ese reconocimiento ahí tenemos a la N.A.T.O. Un loco que puso los cimientos de un Nuevo Orden Europeo cuando los satisfechos burgueses de nuestro actual Mercado Común seguían aferrados a las ideas de la Revolución Francesa. Un loco que instauró la legislación social más avanzada del mundo, sin necesidad de robar a los patrones. Un loco que redujo al mínimo la delincuencia y las lacras sociales de su Patria. Será, si se quiere, debido a la pura coincidencia, pero los propagadores, activadores y beneficiarios del vicio organizado, la pornografía y los delitos en gran y pequeña escala eran judíos. Judío el abogado Magnus Hirschfeld, que batalló durante años por la legalización de la Sodomía. Judíos Brecht, Leonhardt, Frank, Werfel, Mann, Ludwig y todos los profesionales de la pluma que trabajaron contra Alemania. Judíos Barnat y Katzmarek, agiotistas y estafadores. Judíos los únicos "ciudadanos alemanes" que defendieron al el Tratado de Versalles.
Un loco que afirmaba que tanto el Liberalismo como todos sus sucedáneos el Marxismo y el Bolchevismo, son todos de origen judío. Algo, al fin y al cabo, autentificado por la confesión de parte de eminentes judíos. Un loco que venció, ideológicamente, a todos sus adversarios cuerdos.
Desde 1945 hasta hoy, por la televisión, la radio, el cine, la prensa, de todas las tendencias, se denigra sistemáticamente, todo lo aleman. Todo son críticas contra el nacionalsocialismo, las SS, las SA, las Juventudes Hitlerianas, los "campos de exterminio", etc. ¿Por qué esa obsesión? Tal vez porque Hitler ganó ideológicamente la guerra, como lo prueba el hecho de que todas sus ideas y planes estan siendo llevadas a la práctica. Y no saben más que imitar mal -y con otros nombres- al Nacionalsocialismo. Y ahora hablan del peligro comunista. Del peligro amarillo y el crecimiento demográfico de los pueblos de color. Del derecho de los pueblos a disponer de sí mismos. De la necesidad de la asociación Capital-Trabajo, como únicos diques contra el comunismo. De la primacía del Estado sobre los pequeños egoísmos particulares. De una Europa Unida. De un Mercado Común Europeo. Sí. Hitler ganó ideológicamente la guerra.
Un loco que afirmaba que tanto el Liberalismo como todos sus sucedáneos el Marxismo y el Bolchevismo, son todos de origen judío. Algo, al fin y al cabo, autentificado por la confesión de parte de eminentes judíos. Un loco que venció, ideológicamente, a todos sus adversarios cuerdos.
Desde 1945 hasta hoy, por la televisión, la radio, el cine, la prensa, de todas las tendencias, se denigra sistemáticamente, todo lo aleman. Todo son críticas contra el nacionalsocialismo, las SS, las SA, las Juventudes Hitlerianas, los "campos de exterminio", etc. ¿Por qué esa obsesión? Tal vez porque Hitler ganó ideológicamente la guerra, como lo prueba el hecho de que todas sus ideas y planes estan siendo llevadas a la práctica. Y no saben más que imitar mal -y con otros nombres- al Nacionalsocialismo. Y ahora hablan del peligro comunista. Del peligro amarillo y el crecimiento demográfico de los pueblos de color. Del derecho de los pueblos a disponer de sí mismos. De la necesidad de la asociación Capital-Trabajo, como únicos diques contra el comunismo. De la primacía del Estado sobre los pequeños egoísmos particulares. De una Europa Unida. De un Mercado Común Europeo. Sí. Hitler ganó ideológicamente la guerra.
Los puntos esenciales
Hitler expuso en Mein Kampf, los puntos esenciales del Nacionalsocialismo: creencia en el principio aristocrático de la Naturaleza. En el valor del indivíduo, de la nacionalidad y de la Raza Aria. Superación de la lucha de clases, gracias a la creación de una colectividad nacional. Socialismo no marxista y Nacionalismo sin xenofobia. En el pleno de las realizaciones concretas: liberación de las cadenas impuestas al pueblo aleman en el Tratado de Versalles. Igualdad de derechos para Alemania en el terreno político y militar en relación con las otras potencias. Creación de una clase media sana, previsión para la vejez, facilidades para acceder al estudio de todos los jóvenes que demostraran capacidad para ello, independientemente de la clase social de los padres, protección para la Madre y los niños, lucha sin piedad contra la Criminalidad y la Vagancia. Una Economía al servicio del Pueblo Alemán y no del Montecarlo bursátil. Reforma agraria. Eliminación de los judíos de la dirección política del Pueblo Aleman y expulsión del territorio del Reich de todos los individuos o colectividades -gitanos en especial- que no pudieran acreditar la realización de un trabajo regular y productivo para el país.
En la declaración de los 25 puntos del NSDAP puede leerse: "El Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán es partidario de un Cristianismo Positivo, aunque no se compromete políticamente en favor de ninguna confesión en particular, pero combate incondicionalmente el espíritu materialista judaico dentro de la esfera del pueblo aleman".
Hitler llegó, a base de estudio, reflexión y experiencia, a elaborar una doctrina nueva y vigorosa, basada en la Raza, la Jerarquía, la Disciplina y la Tierra. Deste 1920 hasta su fin, en 1945, en medio de las ruinas de la Cancillería del Reich, mantuvo una misma línea política: lucha a muerte contra el Bolchevismo. Nunca quiso la guerra con Occidente, pero siempre quiso luchar contra la Unión Soviética, por necesidades vitales para Alemania, para Europa toda y por antagonismo ideológico. Con la Rusia soviética, potencia de la mentira, usó el axioma formulado en Mein Kampf: el veneno violento solo que puede ser contrarrestado por otro veneno, más violento todavía. El pacto Ribbentrop-Molotov fue, segun feliz expresión del publicista canadiense Adien Arcand "el cloroformo del cirujano antes de la operación". Y cuando el 7 de mayo de 1945, por orden del Almirante Karl Dönitz, antes de la rendición incondicional, todos los cañones de la Wehrmacht quedaron apuntando a Oriente quedó patentizada, por enésima vez, la voluntad del Nacionalsocialismo de luchar contra el Marxismo, en beneficio de la Alemania evidentemente, pero de toda Europa tambien.
En la declaración de los 25 puntos del NSDAP puede leerse: "El Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán es partidario de un Cristianismo Positivo, aunque no se compromete políticamente en favor de ninguna confesión en particular, pero combate incondicionalmente el espíritu materialista judaico dentro de la esfera del pueblo aleman".
Hitler llegó, a base de estudio, reflexión y experiencia, a elaborar una doctrina nueva y vigorosa, basada en la Raza, la Jerarquía, la Disciplina y la Tierra. Deste 1920 hasta su fin, en 1945, en medio de las ruinas de la Cancillería del Reich, mantuvo una misma línea política: lucha a muerte contra el Bolchevismo. Nunca quiso la guerra con Occidente, pero siempre quiso luchar contra la Unión Soviética, por necesidades vitales para Alemania, para Europa toda y por antagonismo ideológico. Con la Rusia soviética, potencia de la mentira, usó el axioma formulado en Mein Kampf: el veneno violento solo que puede ser contrarrestado por otro veneno, más violento todavía. El pacto Ribbentrop-Molotov fue, segun feliz expresión del publicista canadiense Adien Arcand "el cloroformo del cirujano antes de la operación". Y cuando el 7 de mayo de 1945, por orden del Almirante Karl Dönitz, antes de la rendición incondicional, todos los cañones de la Wehrmacht quedaron apuntando a Oriente quedó patentizada, por enésima vez, la voluntad del Nacionalsocialismo de luchar contra el Marxismo, en beneficio de la Alemania evidentemente, pero de toda Europa tambien.
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