Nacionalsocialismo


domingo, 14 de noviembre de 2010

El Putsch de Múnich 8-9 de Noviembre de 1923


El dia 8 de noviembre de 1923 patriotas alemanes, encabezados por Adolf Hitler, marchan en Múnich para salvar a Alemania del marxismo, expulsar a los socialistas y judíos del poder y formar una nueva Alemania. Este movimiento se conoce como el Putsch de Múnich. Estos patriotas se suman a los cientos de camaradas que dieron su vida por la Idea de Adolf Hitler. Hitler, junto con un contingente de las SA, llegó a la Bürgerbräukeller donde el gobernador de Baviera, Gustav von Kahr, pronunciaba un discurso delante de 3.000 personas. Cerca de 600 hombres de las SA bloquearon las salidas. Hitler, rodeado por sus copartidarios Hermann Goering, Alfred Rosenberg y Rudolf Hess, entró a través de la puerta delantera a las 8:30 P.M., disparó un tiro en el techo y saltó sobre una silla gritando: "¡La revolución nacional ha estallado!". De inmediato se declaró un gobierno provisional en el sitio. Los cuarteles del Reichswehr y los de la policía fueron ocupados por partidarios de Hitler. Este y algunos copartidarios tomaron al Comisario de Baviera Gustav von Kahr y a sus dos hombres más importantes, von Lossow y von Seisser, como rehenes. Al amanecer del 9 de noviembre las fuerzas de Ernst Röhm -entre las que se encontraba el joven Heinrich Himmler- siguiendo ordenes de Hitler ocuparon el Ministerio de Defensa bávaro y se enfrentaron a las fuerzas gubernamentales, sufriendo dos bajas. Mientras tanto, los tres hombres de gobierno retenidos en la Bürgerbräukeller fueron liberados bajo palabra de compromiso con la "revolución" por Ludendorff. Los tres hombres, inmediatamente después de ser liberados dieron órdenes a la policía de acabar con la revuelta y se mostraron firmes en sus puestos. Ante esta situación, Adolf Hitler decide marchar sobre Múnich con el Mariscal Ludendorff a la cabeza, con dirección hacia el Ministerio de Defensa para encontrarse con las fuerzas de Ernst Röhm. Calculaba que la Policía no dispararía sobre estos veteranos de la Primera Guerra Mundial y los acompañarían en el putsch. Un total 2.500 hombres marcharon directamente hacia la Odeonplatz (Plaza Odeon) donde se encuentra el Homenaje a los Héroes de la Gran Guerra conocido como Feldherrnhalle y sitio de paso hacia el ministerio. A lo largo del camino se iban uniendo más personas apoyando a Hitler y al putsch. Sin embargo, una vez arribado a la Odeonplatz se encontraron con una fuerza de policía que les bloqueaba el paso. De pronto sonó un disparo y comenzó un importante tiroteo. Adolf Hitler y Hermann Goering fueron heridos. El último pudo escaparse mientras Hitler fue detenido posteriormente.

Los mártires Los 14 militantes nacionalsocialistas muertos por la policía en la Feldherrnhalle y los dos miembros de la liga paramilitar nacionalista Reichskriegerflagge muertos frente al Ministerio de Defensa de Baviera fueron:


Felix Allfarth - comerciante
Andreas Bauriedl - sombrerero
Theodor Casella - empleado bancario
Wilhelm Ehrlich - empleado bancario
Martin Faust - empleado bancario
Anton Hechenberger - cerrajero
Oskar Körner - comerciante
Karl Kuhn - empleado de hotel
Karl Laforce - estudiante de ingeniería
Kurt Neubauer - criado
Klaus von Pape - comerciante
Theodor von der Pfordten - secretario del Tribunal Regional Superior
Johann Rickmers - ex-capitán de caballería
Max Erwin von Scheubner-Richter - doctor en Ingeniería
Lorenz Ritter von Stransky - Ingeniero
Wilhelm Wolf - comerciante

La "Bandera de la Sangre"

Esta famosa bandera era una bandera con la esvástica (perteneciente a la 5ª sección de la SA y llevada por Heinrich Trambauer) que el 9 de Noviembre de 1923, durante el Putsch de Munich, se empapó con la sangre de los patriotas alemanes (principalmente la sangre de Andreas Bauriedl, quien cayó sobre ella), compañeros de Hitler, que murieron en los enfrentamientos en las escalinatas de la Feldherrnhalle, quedando Hitler herido y resultando muertos 16 nacionalsocialistas.

Así, esta bandera, empapada con la sangre de los primeros mártires nacionalsocialistas, se convierte en objeto de culto, pasando a conocerse como la Blutfahne o "bandera de la sangre", símbolo del patriotismo alemán y del heroísmo nacionalsocialista, llegando a ser custodiada por la SS en la Casa Parda (das Braune Haus) de Munich, sede central del NSDAP. Con esta misma bandera consagraba siempre Adolf Hitler los nuevos estandartes del NSDAP, tocándolos con ella. Su portador fue Jakob Grimminger (fallecido en 1969, a los 77 años), al que puede verse en muchas fotos y videos históricos. Los nacionalsocialistas solían decir de esta bandera: "Keine Fahne ist uns so heilig, wie die Blutfahne des 9. November" ("Ninguna bandera nos es tan sagrada como la Bandera de la Sangre del 9 de Noviembre"). Como curiosidad, citar que durante el tiempo de prohibición de la SA y la SS, esta bandera es escondida por una mujer nacionalsocialista llamada Viktoria Edrich, en su domicilio en el cuarto piso de la Türkenstraße 25 en Munich.




Extracto de un discurso de Hitler pronunciado el 8 de noviembre de 1938 (en la cervecería de Munich donde tuvo lugar el fallido putsch de 1923 ), en el que hace un repaso de los acontecimientos que habrian precipitado la capitulación :

"En 1918, hace 20 años, como he dicho antes, se consumó el derrumbamiento alemán. Se consumó porque solo un ciego podía creer que aquellos días de noviembre fueran la causa y la consumación del destino de Alemania. La causa ya venía de atrás, de muy atrás, y la consumación había dado comienzo años antes; el año 1918 fue tan sólo la culminación del proceso catastrófico (...) Decisivo para el derrumbamiento de Alemania fue la descomposición interna del pueblo alemán , la división de la sociedad en clases. Un fenómeno tampoco nuevo, pues ya había tenido precedentes en el pasado; pero esta vez adquirio una importancia particular y única a través de los impulsores de tal división (...) Cierto es que esta división entre burguesía y proletariado fue aparentemente superada en 1914, pero solo aparentemente. Sabemos que a las pocas semanas o meses de haberse disipado la primera embriaguez del entusiasmo volvió a abrirse de nuevo el antiguo abismo, y que ciertos sectores no ocultaron en modo alguno en aquella época sus intenciones de que Alemania perdiera esta guerra. No me refiero a sectores del extranjero, sino a los de nuestro propio cuerpo nacional. Lo que ocurrió en el periodo comprendido entre 1914 y 1919 o 1918 no fue otra cosa que la repercusión lenta de los manejos de estos sectores.

De año en año podia apreciarse cómo aumentaba esta tendencia de desviar al pueblo alemán cada vez más de su lucha exterior para inclinarle hacia la interior, y como en 1918 estas ideas habían prendido en extensos sectores alemanes: venían a decir que no se trataba en definitiva de una guerra defensiva de la nación alemana frente a un mundo deseoso de agresión y, sobre todo, envidioso, sino única y exclusivamente de una lucha del proletariado contra la burguesía, o de la burguesía contra el proletariado. Se había dejado de creer que el mundo tuviera en realidad malas intenciones respecto a Alemania. No, el resto del mundo no quería en realidad nada contra Alemania. No era verdad que este otro mundo pretendiera quizás robar a Alemania, que tuviera intención de arrebatar a Alemania sus colonias, o echados los ojos al comercio alemán, y mucho menos a los territorios alemanes. Esto eran solo mentiras que contaban al pueblo los alemanes que incitaban a la guerra, porque realmente lo que quería el resto del mundo no era otra cosa que comprensión, una paz sin vencedores ni vencidos. Sobre todo cuando Woodrow Wilson, el gran americano y apóstol ( risas del auditorio ) de una nueva moral internacional se presento con sus 14 puntos , diciendo poco más o menos esto con sus hermosas frases, la gente no se cansó de decir que ahora tenía pruebas convincentes de ello. El hecho real fue que la nación alemana fue perdiendo rápidamente sus fuerzas para luchar frente al extranjero en la misma medida en que las desvió hacia el teatro de la batalla interior. A pesar de ello, el derrumbamiento no se habría producido en 1918, ni, en mi opinión, habría acontecido jamás si el pueblo alemán, arrastrado por su desatinada ceguera, no hubiera terminado por convertir en guerra civil lo que fue, en sus comienzos, una disputa interna. Pero así, tenía que llegar el derrumbamiento. He dicho que tengo el convencimiento de que ni en 1918 ni más tarde se habría producido desplome alguno; y creo tener razón para expresarme así porque estoy convencido de que si el Destino me hubiera puesto o tenido en aquella época en el sitio que hoy ocupo, el derrumbamiento no habría llegado jamás. Cierto que habría habido un derrumbamiento: el de nuestros infames y perniciosos partidos. Ese habría sido ¡ Los hubiera eliminado entonces en la misma forma que los elimine en 1933 ! ( aplausos )"

Fuente: Hitler. Obras completas, Tomo II ( años 1936-38 ) Ediciones Ojeda, 2006.


domingo, 10 de octubre de 2010

"Lecciones de democracia" por el Dr. J. Goebbels.

Demandas Revolucionarias

Nosotros no entramos en el Parlamento para usar métodos parlamentarios. Sabemos que el destino de las personas está determinado por las personalidades, nunca por mayorías parlamentarias. La esencia de la Democracia Parlamentaria es la mayoría, la cual destruye la responsabilidad personal y glorifica a las masas. Una docena de pícaros y ladrones se mueve tras la escena. La Aristocracia depende del talento, la regla del más válido y la subordinación de los menos aptos a la voluntad del Liderazgo. Lo que demandamos es nuevo, decisivo, radical y revolucionario en el más estricto sentido de la palabra. No tiene que ver con disturbios y barricadas. Las Revoluciones son actos espirituales. Aparecen primero en la gente, después en la política y la economía. La nueva gente forma nuevas estructuras. La primera transformación es espiritual, que cambiará la forma que tienen las cosas ahora. El acto revolucionario es visible en nosotros. El resultado será una nueva persona: el Nacional Socialista. Consecuente con su actitud espiritual, el Nacionalsocialista hace demandas inflexibles en el campo de la política. Para el Nacionalsocialista no hay si... o cuando..., solo hay o todo o nada. El Nacionalsocialista pide: El retorno del Honor alemán. Sin Honor, uno no tiene derecho a vivir. La Nación que empeña su honor, ha empeñado su pan. El Honor es el fundador de cualquier comunidad. La pérdida de nuestro Honor es la verdadera causa de la pérdida de nuestra Libertad. En lugar de una colonia esclava, queremos un Estado Nacional Germano restaurado. Para nosotros el Estado no es un fin en sí mismo, sino una manera de conseguir otro fin. El verdadero fin es la Raza, la suma de las fuerzas creativas de la gente. La estructura que hoy se llama República Alemana no es una forma de mantener nuestra herencia Racial. Se ha convertido en un fin en si mismo sin conexión con la gente y sus necesidades. Queremos trabajo y pan para todo camarada productivo. La paga debería concordar con el talento. Esto significa, ¡más sueldo para los trabajadores alemanes! Esto parará la lucha en la que estamos sumidos. Primero, proveyendo comida y alojamiento a la gente, para después pagar indemnizaciones. Ningún demócrata, ningún Republicano, tiene el derecho de quejarse por esta reclamación, porque fue uno de los estandartes de la Alemania de Noviembre (la República de Weimar comenzó en el Noviembre de 1918). Solo queremos convertir el eslogan en realidad. ¡Proveer lo esencial es un deber! Primero debemos saber las necesidades críticas de la gente y después ya haremos productos de lujo. ¡Proveer trabajo a los que quieren trabajar!, ¡Darles tierras a los granjeros! La política exterior alemana que vende lo que tenemos a precios bajísimos debe ser transformada y se debe enfocar radicalmente el la necesidad alemana de espacio. ¡Paz entre los trabajadores! Cada uno debe hacer su tarea por el bien de la comunidad. El Estado tiene la responsabilidad de proteger al individuo, garantizándole el fruto de su trabajo. ¡Una guerra contra la corrupción! ¡Una guerra contra la explotación, libertad para los trabajadores! Queremos la eliminación de la influencia Capitalista en la política Nacional. ¡Una solución para la cuestió judía! Queremos la expulsión sistemática de los elementos raciales extranjeros en cada área de la vida pública. Debe haber una separación sanitaria entre alemanes y no-alemanes solo en el aspecto racial, no en el aspecto nacional o en las creencias religiosas. Queremos el retorno de la Lealtad y la Fe en la vida económica. La inversión del proceso de injusticia que ha robado a millones de alemanes sus posesiones. Los alemanes siempre tendrán preferencias antes que los extranjeros y judíos. ¡Una batalla contra el veneno de la cultura Internacionalista judía! El fortalecimiento de las fuerzas alemanas y sus costumbres. La eliminación de los principios semíticos corruptos y la degeneracion Racial. ¡La pena de muerte para los aprovechados y usureros! Un programa firme puesto en práctica por hombres que quieran implantarlo con pasión. Sin eslógans, solo energía vital.

¡Eso es lo que demandamos!

martes, 7 de septiembre de 2010

La Jaula de Londres

Kensington Palace Gardens, números 6, 7 y 8, también conocido informalmente como La jaula de Londres, está compuesto por tres mansiones, propiedad de la corona británica, en un exclusivo barrio al oeste de Londres.



Prisioneros alemanes en manos de los británicos. Fotografías pertenecientes al Archivo Nacional, obtenidas por The Guardian invocando el Acta de Libertad de Información. Las mismas fueron eliminadas poco después por la Oficina de Relaciones Exteriores y fue necesaria una apelación presentada por el periódico para obligarles a volver a incluirlas en el
Alemanes en un campamento de prisioneros en Francia. Fotografía proporcionada por la Cruz Roja

La jaula de Londres fue un centro secreto de tortura operado por Gran Bretaña durante la Segunda Guerra Mundial. Funcionó entre los años 1940 y 1948. Durante la guerra sirvió para obtener información estratégica sobre el enemigo y una vez finalizado el conflicto, se lo utilizó para lograr que los acusados firmaran sus confesiones por crímenes de guerra, algunas de las cuales fueron presentadas en los Juicios de Núremberg. Así lo reveló el periódico londinense The Guardian, luego de realizar una minuciosa investigación en documentos provenientes del Archivo Nacional, que corroboran lo escrito en sus memorias por Alexander Scotland, el militar británico que estuvo al mando de ese establecimiento durante la guerra.


La importancia de la investigación realizada por The Guardian es invalorable desde el punto de vista histórico ya que proporciona nueva evidencia que no estaba disponible en el pasado y que nos permite revisar la historia y cuestionar las conclusiones basadas en supuestas confesiones de prisioneros de guerra en manos de los Aliados. Debe comprenderse la diferencia entre la aparición de casos de tortura aislados, llevados adelante por individuos particulares; y la institucionalización de la tortura, es decir, el uso de la tortura como política de estado. Esto último pone en tela de juicio toda la evidencia y testimonios entregados por unos gobiernos que lejos de buscar la verdad, se han dedicado a producir evidencia a su favor por intereses políticos. La credibilidad de las pruebas generadas por quienes aplican esos métodos está muy en tela de juicio.

La investigación

Por medio del escrutinio de miles de documentos almacenados en el Archivo Nacional, así como los archivos del Comité Internacional de la Cruz Roja en Ginebra, The Guardian ha establecido lo que le ocurrió a los prisioneros en la Jaula de Londres, así como a muchos otros. Las instalaciones fueron utilizadas para la tortura de un vasto número de soldados y oficiales alemanes, que según el periódico británico, fueron sometidos sistemáticamente a enfermizos tratamientos. En total 3.573 hombres pasaron por el centro, contra la gran mayoría de los cuales había escasa o nula evidencia y sin embargo se estima que mas de 1.000 fueron persuadidos de firmar confesiones sobre presuntos crímenes de guerra. La brutalidad no acabó al terminar la guerra, porque a los prisioneros militares se les unieron un número indeterminado de civiles capturados que fueron trabajados psicológicamente en el establecimiento e interrogados hasta 1948.

Organización

La Jaula de Londres dependía de la división de inteligencia MI19 y estuvo bajo las órdenes del teniente coronel Alexander Scotland, que tenía experiencia en interrogatorios durante la Primera Guerra Mundial, a raíz de la cual fue condecorado con la Orden del Imperio Británico. En 1939, a sus 57 años de edad y estando en retiro, fue llamado especialmente para encargarle el trabajo, debido a su demostrada efectividad para obtener información de los prisioneros. Tenía a su servicio aproximadamente diez oficiales, más una docena de interrogadores e intérpretes y una dotación de guardias seleccionados sobretodo por su altura y características físicas. La Jaula tenía capacidad para alojar hasta 60 prisioneros a la vez y disponía de 5 salas de interrogatorios. El teniente coronel escribió en sus memorias, que ahora forman parte del archivo británico: "Si algún alemán tenía alguna información que nosotros deseáramos, se le extraería invariablemente mediante un largo proceso". En febrero de 1946, Scotland fue condecorado con la Estrella de Bronce por su trabajo al frente de La Jaula de Londres.

Además del abuso físico y psicológico de los detenidos, según los documentos desclasificados se les sometía al hambre hasta convertirles en "esqueletos vivientes" y se les privaba del sueño durante largos períodos de tiempo. La información se obtenía mediante choques eléctricos, palizas hasta dejarles "al borde de la muerte", administración de drogas para hacerles hablar; y un trabajo psicológico que incluía el amenazar a los prisioneros con ejecutarles en el acto o someterles a operaciones quirúrgicas innecesarias. El cabo segundo Tony Whitehead, que sirvió como consultor en psiquiatría para el ejército británico, escribe en sus memorias que tuvo la oportunidad de ingresar al centro de interrogatorios acompañando a un sargento de las SS de carácter dominante que iba a ser interrogado. Tres días mas tarde, cuando volvió para recoger a su prisionero, el hombre estaba totalmente sometido desde el punto de vista psicológico. Casi no levantaba la mirada y a partir de entonces se refería a el como "señor". El cabo inglés escribe que no sabe que le habrá pasado a ese hombre en tan corto período de tiempo.



The Guardian cita una serie de testimonios entre los cuales se cuentan las declaraciones del famoso capitán de las SS Fritz Knoechlein en los Juicios de Núremberg, acusado de dar la orden de ejecutar a 124 prisioneros británicos durante la retirada de los Aliados hacia Dunkerke en 1940. Fue interrogado en La Jaula de Londres en 1946 y posteriormente denunció haber sido torturado por diversos métodos, que incluyeron reiteradas palizas, el ser quemado con una estufa, privación del sueño durante largos períodos, etc. Cuando estando detenido se quejó por primera vez ante Alexander Scotland, fue torturado nuevamente y sostiene que le recomendaron no volver a presentar quejas. La Oficina de Guerra llegó a la conclusión de que había suficiente evidencia para comenzar una investigación pero que eso solo acabaría retardando la ejecución del acusado. En 1939 Knoechlein fue ejecutado utilizando una confesión probablemente obtenida bajo tortura.

Similares acusaciones de tortura fueron presentadas en 1947, cuando 21 funcionarios de la Gestapo y policías fueron enjuiciados por la muerte de 50 oficiales de la Fuerza Aérea Británica que intentaron escapar de un campo de prisioneros cavando un túnel y fueron capturados. Se advirtió a la corte que les juzgaba en Hamburgo, que muchos de los acusados habían sido torturados en la Jaula de Londres. Entre los mismos, se encontraba Erich Zacharias, un sargento de la Policía de Fronteras de la Gestapo. La única evidencia en su contra era su confesión. La MI5 la investigó utilizando las memorias de Scotland y llegó a la conclusión de que el acusado la había firmado solo después de haber sido trabajado psicológicamente en el centro de torturas. Zacharias insistió en que fue víctima de abusos físicos para que firmara. Sin embargo, 20 de los acusados fueron convictos y 14 ejecutados en la horca, entre ellos Zacharias.

En uno de los testimonios de prisioneros que forman parte de los Archivos Nacionales, un periodista alemán de 27 años, que fue interrogado en La Jaula, declaró que anteriormente había pasado 2 años como prisionero de la Gestapo y ni siquiera en una ocasión le trataron tan mal como lo hicieron los británicos.


A diferencia de lo que ocurría en los campos de concentración del Tercer Reich, tanto los soviéticos como los británicos intentaron evitar la indiscreta mirada de la Cruz Roja en determinados establecimientos.

A finales de 1946 el conocimiento de los métodos utilizados en La Jaula de Londres era mas extendido dentro del ejército y empezó a causar incomodidad en los cuarteles a orillas del Rin. Por aquel entonces, la Cruz Roja se enteró de la existencia de La Jaula, solo porque su ubicación fue incluida por error en una lista de campos de prisioneros enviada a dicha organización. El nombre del desconocido campo de prisioneros llamó la atención y en marzo de 1946, un inspector de la Cruz Roja golpeó a la puerta en dos ocasiones, pero se le ordenó que se marchara. En un largo memorandum a la Oficina de Guerra, Scotland se refirió a la divulgación de la ubicación del centro que el dirigía y explicó que había identificado al hombre culpable de esa torpeza y tomado las medidas para que algo así no volviera a ocurrir. También insistió en la necesidad de que la Cruz Roja no fuera admitida porque sus prisioneros eran también civiles que estaban con las fuerzas armadas y en ningún caso, según el, estaban protegidos por la Convención de Ginebra. Argumentaba que si se pretende permitir inspecciones habría que enviar a los acusados de crímenes de guerra a campos en Alemania, en condiciones mas discretas, para ser interrogados ahí con métodos policiales, en lugar de aplicarles los principios de la Convención de Ginebra. A lo que agrega...

“ El secreto mecanismo que nosotros empleamos para confirmar la fiabilidad de la información obtenida, debe ser retirado de La Jaula antes de dar permiso de admisión para inspeccionar el edificio. Ese trabajo llevará un mes en completarse. ”

The Guardian comenta que no está claro que clase de "secreto mecanismo" quería ocultar Scotland de la Cruz Roja.

No fue hasta 18 meses mas tarde cuando los inspectores pudieron entrar al establecimiento. Encontraron poca evidencia incriminatoria pero, según se registró en subsecuentes informes, los 10 prisioneros en peores condiciones físicas habrían sido trasladados a otros campos de prisioneros la noche anterior a la inspección y había evidencia de que todo prisionero que registrara una queja en presencia de los inspectores, habría sido objeto de represalias.

A pesar del creciente número de quejas recibidas sobre La Jaula de Londres, el Comité Internacional de la Cruz Roja eventualmente decidió no hacer nada a través de "canales oficiales", asegurando que su cierre era inminente y porque temía que cualquier acción que tomara pudiera ir en perjuicio de las personas aún detenidas ahí.

A medida que el uso de La Jaula fue disminuyendo en la pos guerra, los interrogatorios se derivaron a centros de internamiento en la Alemania ocupada, donde hay evidencia de que los prisioneros recibieron un trato aún peor. Mucha de la documentación al respecto permanece siendo confidencial. Sin embargo, un campo en la zona ocupada por los británicos pasó a la notoriedad cuando al menos dos alemanes internados ahí, murieron de hambre, de acuerdo con la investigación de una corte, mientras que otros dos murieron a tiros por ofensas menores.


Revelación de la existencia del centro

Entre los documentos del Archivo Nacional se cuenta un borrador de las memorias de Alexander Scotland. Cuando en 1950, el hombre que estuvo al frente de La Jaula de Londres quiso publicar un libro que incluía detalles de como se obtenían las confesiones en el centro de torturas, produjo un escándalo en la Oficina de Guerra de su país. El solo hecho de enviarles una copia para que fuera sometida a censura, hizo que el gobierno movilizara todos sus recursos para impedir su divulgación. En un primer momento, algunos oficiales le suplicaron que se deshaga del manuscrito. Cuando esto no dio resultado, se le amenazó con ser procesado por revelar secretos de estado. Se realizó un allanamiento en su casa de retiro, en Bourne End, Buckinghamshire. La Oficina de Exteriores del gobierno británico urgió a la no publicación del libro ya que a su juicio, este podría ser usado por "agitadores" para defender a "criminales de guerra" (cargo que, paradójicamente, fue demostrado con ayuda de los turbios procedimientos ya mencionados). La MI5 consideró que las actividades llevadas a cabo en el centro de detención, violaban la Convención de Ginebra. El libro fue finalmente publicado, solo después de quitarle todo el material comprometedor, proceso que duró unos siete años. El hecho de que en ningún momento, Scotland temió ser llevado a juicio o procesado por los abusos y no fue posible hacerle desistir de la publicación de su libro por medio de amenazas, pone en evidencia que el militar podría haber poseído importante información que involucrara a sus superiores.

sábado, 26 de junio de 2010

La Cosmogonía glacial de Hörbiger

El Hielo y el Fuego

La Cosmogonía Glacial de Hanns Hörbiger (Glazial Kosmologie) publicada en Austria, 1913, es una visión de mundo que responde básicamente, tres interrogantes: "¿Qué somos?", "¿De dónde venimos?", "¿A dónde vamos?" Su autor es el científico austriaco Hörbiger (29 de Noviembre de 1860 - 11 de Octubre de 1931) junto a la colaboración de Phillip Fauth. La obra comprende una visión total del Universo, de la Tierra, del Hombre y el Espíritu. Sustenta el eterno combate entre dos elementos complementarios: el Hielo y el Fuego, y las fuerzas de repulsión y atracción que se generan a partir de ésta dinámica. Ésta conflagración que rige a los espacios cósmicos y a los cuerpos celestes, rige asimismo a la Tierra y a toda la materia viviente del planeta.

La Cosmotécnica expuesta en la obra de Hanns Hörbiger, establece en una primera ronda la existencia de un cuerpo gigantesco -una Súperestrella- en la Constelación Columba (Pigeon) poseedora de una elevada temperatura, millones de veces mayor que nuestro actual Sol. Ésta Superestrella sufrió la colisión de otro cuerpo celestial, constituido por una gran acumulación de Hielo Cósmico, cuya masa de hielo irrumpió fuertemente contra la Súperestrella, generando un gran estallido -una explosión de vapor-, lanzando fragmentos a los vastos confines del Universo expansivo. Algunos de éstos fragmentos estelares regresaron sobre la masa central de la Superestrella, lugar donde se había originado inicialmente la explosión. Otros fragmentos, mantuvieron su posición a una distancia intermedia, transformándose de éste modo en los planetas del sistema solar.

La Espiral Doble del Universo: Repulsión y Atracción

Según los postulados de la Cosmogonía Glacial, los cuerpos celestiales del sistema solar, obedecen a dos fuerzas que se desarrollan en contraposición: la fuerza primitiva e inicial de la explosión, que los proyecta; y en segundo lugar, la gravitación -implosión- que los atrae a la masa más fuerte situada en su proximidad. Éstas fuerzas son, naturalmente, dispares: mientras la fuerza de proyección inicial disminuye debido a la composición del espacio estelar, la fuerza de gravitación presenta un estado permanente, estableciendo el mecanismo por el cual una masa -en éste caso, un cuerpo celestial ó planeta- se aproxima al más próximo que ejerza su fuerza de atracción, produciéndose en ésta atracción una espiral que se va cerrando. De éste modo, tarde ó temprano -de acuerdo a Hörbiger- cada planeta chocará contra el más cercano, y todo el sistema planetario, necesariamente, se estrellará en forma de Hielo contra el Sol, produciéndose así una vez más, una grandiosa explosión. De éste modo, en ese instante cósmico, todo comenzará de nuevo. Un Ciclo se cerrará y uno nuevo se iniciará. Éstas son las energías, las dos corrientes que rigen al Universo. Las dos espirales que gobiernan los ciclos del Cosmos y de los seres vivos.


Las Lunas y las Altas Culturas del Pasado


Habrá un momento en que la espiral descrita por el actual satélite lunar en torno a la Tierra -la Quinta Luna- terminará por cerrarse. La Luna, de esta manera, se acercará irremediablemente a la órbita terrestre, aumentando con su aproximación la fuerza de gravitación, produciendo un incremento en el tamaño de los seres vivos en el planeta. Éste hecho explica la presencia de gigantescos insectos y plantas durante la Edad Primaria y luego, la existencia de grandes dinosaurios durante el Secundario. La Cosmogonía Glacial, conocida a su vez como Welteislehre ó Doctrina del Hielo Mundial (su sentido alemán es Universal), otorga una concepción cíclica de la Historia, postulando la existencia de Civilizaciones y Culturas en la Protohistoria, que sucumbieron ante los grandes cataclismos y trastornos planetarios en el transcurso de las Edades. El factor gravitacional permite el establecimiento de Gigantes en pretéritas épocas, de los cuales sólo hemos recibido innumerables mitos y leyendas, prácticamente, en todas las regiones del planeta. Vestigios de la existencia de los Gigantes son las monumentales construcciones megalíticas extendidas sobre varios puntos del globo. Éste factor gravitacional explicaría al mismo tiempo la larga duración de la vida de los Hombres en el Pasado, una primitiva raza extendida sobre el globo que dejó testimonios de su existencia en centros de incalculable antigüedad, como Tiahuanacu, Centroamérica (la denominada Cultura Tolteca), la Isla de Pascua, Abisinia y el Tibet. El aumento de la gravedad, producto de la proximidad del satélite lunar, desarrolla un anillo de agua en torno a la región tropical y el nivel de las aguas, de ésta manera, se eleva y solamente las altas tierras son habitables (recordemos el mito araucano de Tren Tren y Kai Kai), hasta el momento del impacto lunar contra la superficie terrestre. Tras el gran cataclismo (el Crepúsculo de los Dioses de los Asen Nórdicos), se produce el cambio del Eje Terrestre y el advenimiento de las Eras Glaciales. Los sobrevivientes de éste catastrófico proceso planetario, degeneran por entropía y con el paso del tiempo, el conocimiento de los antiguos habitantes se transformará en mito y leyenda ¡Así, toda la existencia de una cultura depende de una prueba material comprensible para las futuras generaciones! Sin la presencia del satélite lunar, el destino de la Tierra se determina de acuerdo a la estabilización del Eje Terrestre y a las nuevas condiciones climatéricas y geológicas que se instauran posteriormente. Numerosos son los mitos y sagas que dan testimonio de la existencia de un período de tiempo sin la presencia de la Luna en el Cielo, especialmente entre las culturas aborígenes precolombinas, como los indígenas Tupí.

Los Ciclos

En la espiral descrita por las órbitas planetarias, según la Cosmogonía Glacial de Hörbiger, será próximamente el planeta Marte el que se verá atraído a la órbita terrestre para convertirse en su satélite. Sin embargo, su órbita será mayor y finalmente, éste se verá absorbido por la atracción del Sol. El paso de Marte significará la destrucción de la Tierra debido al aumento ostensible de la temperatura y a los considerables efectos gravitacionales. Tras un ciclo, la Tierra se transformará en un planeta de Hielo, que asimismo será atraído al Sol, junto a otros planetas que se fundirán en la masa ígnea solar hasta que estalle y de ésta manera, todo el proceso cósmico se reiniciará una vez más.

Ésta es la Cosmogonía Glacial de Hanns Hörbiger.
por Rafael Videla Eissmann mas informacion en :http://es.metapedia.org/wiki/La_Cosmogon%C3%ADa_glacial_de_H%C3%B6rbiger

lunes, 19 de abril de 2010

Adolf Hitler

Adolf Hitler nació el 20 de abril de 1889 en Braunau am Inn, Austria y murió el 30 de abril de 1945 en Berlín. Fue un militar y político alemán de origen austríaco que estableció un régimen nacionalsocialista en el que recibió el título de Reichskanzler (canciller imperial) y Führer (caudillo, líder o guía).

Como jefe del Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán (Nationalsozialistische Deutsche Arbeiterpartei o NSDAP), dirigió el gobierno del país de 1933 a 1945.

Llegó al poder el 30 de enero de 1933 cuando una gran crisis se abatía en Alemania luego de más de una década de la denominada República de Weimar. Hitler era un orador carismático. Reestructuró la desastrosa economía dándole trabajo a casi seis millones de desocupados en pocos años. Dejó sin efecto el Tratado de Versalles el cual sometía al pueblo alemán con vejaciones humillantes.

En los últimos días de la Segunda Guerra Mundial, Hitler y su esposa, Eva Braun, se suicidaron en su búnker subterráneo de Berlín.



Primeros años

Infancia

Adolf Hitler cuando era un bebé

Adolf Hitler en la infancia

Árbol genealógico de Hitler
Adolf Hitler nació en
Braunau am Inn, una pequeña aldea cerca de Linz en la provincia de la Alta Austria, no muy lejos de la frontera alemana, en lo que entonces era el Imperio Austrohúngaro. Fue el cuarto hijo de seis. Su padre, Alois Hitler, (1837–1903), fue un agente de aduanas. Su madre, Klara Pölzl, (1860–1907), fue la tercera esposa de Alois. El nombre "Adolf" viene del antiguo alto alemán y significa "lobo noble" (Adel, 'nobleza' y wolf, 'lobo').
La
familia de Hitler se trasladó a menudo, de Braunau am Inn a Passau, Lambach, Leonding y Linz. El joven Hitler fue un buen estudiante.
Su padre quería que su hijo siguiera una carrera como agente de aduanas; en cambio, Hitler quería convertirse en pintor.


Adolescencia en Viena y Múnich

Hitler era un joven inteligente. En dos ocasiones suspendió el examen de entrada a la universidad de Linz. Allí quedó cautivado por las lecturas pangermánicas del profesor Leopold Poetsch, quien influyó notablemente en la mente del joven.

Hitler era devoto de su madre pero tenía problemas con su padre. Padre e hijo no compartían sus ideas políticas. En su libro Mein Kampf (Mi Lucha), Hitler es respetuoso con su padre, aunque indica que había diferencias irreconciliables sobre su firme decisión de convertirse en artista. Alois Hitler deseaba que su hijo llegara a ser funcionario como él, empleo del que se sentía muy orgulloso y al que había llegado prácticamente sin una base académica. Pero al joven Hitler ese futuro no le seducía en absoluto, ya que estaba demasiado alejado de su objetivo: las artes. Se interesó por la pintura y la arquitectura, y deseaba llegar a ser un pintor famoso.
Hitler era, además, un gran lector, que devoraba desde niño las novelas de aventuras de
Karl May, a los quince años escribía obras de teatro y era considerado por sus vecinos "un ratón de biblioteca", de hecho, su único equipaje al llegar a Viena, eran cuatro cajas llenas de libros. Un amigo íntimo de aquella época romántica, August Kubizek, no podía imaginar a Hitler sin libros: "Los libros eran su mundo"[1]. Intentó en una ocasión escribir ópera: "Wieland el Herrero", pero el preludio lo desilusionó, lo mismo que algunas poesías que compuso y las rompió.

Hitler había sido socio de tres bibliotecas en su Linz natal (pagando una suscripción bastante alta para la época) y era usuario habitual en la impresionante Hofbibliothek de Viena. En su habitación de Stumpergasse 29, segundo piso, puerta 17, los libros se acumulaban por el piso en filas verticales. Era un asiduo lector de Schopenhauer y, por supuesto, de Nietzsche. La hermana de Hitler, Paula, recordaba que siempre le recomendaba libros y que incluso le había enviado un ejemplar del Quijote de la Mancha.

Al morir su padre, en enero de 1903, su madre mudó la familia a un apartamento modesto en Urfahr, un suburbio de Linz. Poco antes de cumplir los 16 años, Hitler cayó enfermo de una enfermedad pulmonar, que lo obligó a suspender sus estudios en la secundaria por un año. Una vez recuperado, ingresó a una escuela estatal en Steyr. En septiembre de 1905 decidió abandonar la escuela, luego de haber sido calificado positivamente en la asignatura de dibujo. Durante tres años, Hitler se mantuvo en Linz en compañía de su amigo August Kubizek. Según el propio Hitler, estos años serían los "mejores años de su vida".
Al cumplir diecisiete años, Hitler viajó a
Viena por primera vez (una ciudad cosmopolita y multicultural), quedándose en la ciudad por dos meses gracias a la ayuda monetaria de sus parientes y de su madre. Durante su estadía, visitó la Academia de Bellas Artes de Viena, donde consultó los requisitos para ser admitido.

En octubre de 1907 regresó a Viena para concursar en la Escuela General de Pintura, de la Academia de Bellas Artes. Se llevó numerosos dibujos suyos, confiando en que llegaría a triunfar como pintor. Hubo 112 candidatos para el curso, de los cuales sólo 28 pasaron los rigurosos exámenes. Hitler no fue aprobado. Un sinodal le explicó que, a pesar de su notable talento, sus dibujos eran de edificios y que en ninguno figuraba la acción de personas o animales. El rector de la Academia le aconsejó intentar en el campo de la arquitectura, pues consideraba que tenía más talento para ser arquitecto. Después de este fracaso hizo gestiones para inscribirse en la Escuela de Arquitectura, pero fue rechazado por carecer del certificado de bachillerato.
Posteriormente, Hitler regresa a Linz, donde su madre ya se encontraba gravemente enferma y quien murió semanas después, el 21 de diciembre de 1907. El médico judío
Eduard Bloch atendía a la señora de un cáncer de seno. Frecuentemente el Dr. Bloch le había disminuído los dolores a Klara, y en agradecimiento, Hitler le regaló una acuarela pintada por él.
Después de la muerte de su madre, Hitler regresa a Viena. En su estancia en la ciudad, se ganaba la vida pintando acuarelas, óleos y dibujos, así como cargando maletas y barriendo nieve de la calle. Dedicaba el poco dinero que ganaba en asistir a la ópera, conciertos y actos artísticos.
Hitler se trasladó a
Múnich en 1913.

¿Odio hacia los judíos?

Muchos pseudo-historiadores dicen, siempre en base a especulaciones, que su "odio extremo" hacia los judíos era por la posibilidad de que el padre biológico de Alois (y por tanto su abuelo) fuera de origen judío, lo que fue desmentido luego. Otros lo atribuyen a que su madre murió al cuidado de un médico judío, pero el mismo Hitler mostró su agradecimiento al médico por sus atenciones (le regaló una acuarela pintada por él y más tarde como canciller le permitió salir de Austria).
Hitler no poseía ninguna clase de "odio extremo" hacia los judíos, simplemente deseaba darles un país propio, fuera de
Europa, pues consideraba a los judíos como una nación extranjera en territorio alemán.
El "
antijudaísmo" de Hitler se debía a que los judíos, además de fomentar el derrotismo durante la Primera Guerra Mundial, eran los principales responsables de la extraordinaria miseria reinante en el país, ya que culpaba a los empresarios y financistas judíos de los problemas económicos por los que pasaba Alemania en ese entonces, sobre todo debido a la antigua práctica de la usura. También veía con sospecha y temor que siendo los judíos tan sólo el 1% de la población de Alemania[1], tuvieran tan grande influencia en el gobierno nacional de Weimar, a su vez que eran los principales responsables del crecimiento de los partidos marxistas en la Alemania de pos guerra.
Algunos de sus primeros discursos versaban sobre lo que él llamaba "la esclavitud del interés". Hitler los desenmascaró y se lo hizo saber a su pueblo. Esto lo hizo acreedor del odio infinito de los
judíos en todo el mundo. Desafió sus imposiciones y decidió ir más allá de una política de hipócritas oposiciones que busca canalizar al hombre hacia su degradación como humano. Toda la energía desatada en sus discursos buscaba despertar el espíritu del pueblo en cada alemán, y defender su dignidad e identidad.
Otra acusación generalizada y simplista hacia Hitler es la de ser "
racista", en su sentido más negativo. Observando los detalles de su doctrina racial, se puede observar que era un 'racismo selectivo' destinado únicamente a la conservación de la llamada raza aria, y no a la destrucción de otras razas, como generalmente se atribuye. La política expansionista del nacionalsocialismo era parcial y no global: hacia el Este, en los territorios ocupados por la URSS, poco poblados y desperdiciados.
La idea de su 'racismo negativo' contradice el hecho de que las
Waffen SS estaban formadas por aproximadamente 38 naciones y etnias diferentes, incluyendo musulmanes, tibetanos, hindúes, negros, y hasta judíos, quienes combatieron por la causa de Hitler, a quien veían como un líder de Europa, no como un racista discriminador.
Es inequitativo hablar de "racismo de Hitler" sin compararlo, por ejemplo, con el de
Japón, Estados Unidos o el de la Diáspora judía.


Primera Guerra Mundial

Al inicio de la Primera Guerra Mundial (1914) decidió alistarse como voluntario en el ejército alemán. Realizó su servicio en Francia y Bélgica como mensajero del 16° Regimiento de Infantería Bávara de Reserva, que lo expuso al fuego enemigo. También aprovechó para dibujar algunas historietas y dibujos de instrucción para el periódico del ejército. Fue ascendido al rango de cabo y condecorado en varias ocasiones por su valor en combate, destacando especialmente la consecución de la Cruz de Hierro de segunda clase el 2 de diciembre de 1914, y la Cruz de Hierro, primera clase, el 4 de agosto de 1918, un honor raras veces dado a un soldado de tan baja graduación (ya que aún no era ciudadano alemán, no fue promovido más allá del grado de cabo). En octubre de 1916, en el norte de Francia, Hitler fue herido en la pierna, regresando al frente en marzo de 1917. Hitler era considerado como un excelente soldado.
El 15 de octubre de 1918, poco antes del final de guerra, Hitler fue trasladado a un hospital de campaña, donde quedó temporalmente ciego por un ataque con gases tóxicos. Hitler expresó metafóricamente que durante aquella experiencia, al quitarse la venda que cubría sus ojos, fue cuando descubrió que el objetivo de su vida era lograr la salvación de
Alemania. Esta experiencia también le inspiró a escribir un poema titulado Ciego el 14 de noviembre de 1918 en el Hospital Militar de la Reserva de Pasewalk.

La capitulación alemana en noviembre de 1918 lo impactó de sobremanera, pues en la creencia popular alemana el ejército alemán permanecía invicto. Como muchos otros nacionalistas alemanes, Hitler culpó a los socialdemócratas («los criminales de noviembre») por la rendición. Una explicación sobre la capitulación era la Dolchstoßlegende («la leyenda de la puñalada por la espalda»), que demostraba que a espaldas del ejército, los políticos socialistas y marxistas, en su mayoría judíos, habían traicionado y apuñalado a los alemanes y sus soldados por la espalda. El Tratado de Versalles impuso reparaciones de guerra y otras sanciones económicamente muy perjudiciales para el país, declarando a Alemania culpable de la Primera Guerra Mundial. Durante la negociación del documento surgieron controversias entre el afán pacificador de W. Wilson, presidente de Estados Unidos y el vengativo revanchismo del premier francés, Georges Clemenceau. La reconciliación nunca estuvo dentro de los objetivos de Gran Bretaña y Francia porque, desde mediados del siglo XIX, Alemania siempre había rivalizado con estas dos potencias, por la hegemonía de Europa y el control sobre los territorios coloniales en África y Asia. El tratado fue considerado por los alemanes como una humillación y fue un importante factor en la creación de las reivindicaciones sociales y políticas demandadas por Hitler y su Partido Nacionalsocialista para llegar al poder.


Inicios en el Nacionalismo

Después de la guerra, Hitler permaneció trabajando para el ejército, siendo destinado a la supresión de levantamientos socialistas, que estallaron a través de toda Alemania, incluyendo Múnich, lugar adonde Hitler regresó en 1919. Participó en el «pensamiento nacional», cursos organizados por el Departamento de Educación y Propaganda del grupo bávaro de la Reichswehr. Un objetivo clave de este grupo era encontrar a los verdaderos responsables de la derrota alemana. Estos eran el Judaísmo Internacional, los comunistas y los políticos liberales, especialmente los miembros de la coalición de Weimar, que eran considerados como los «criminales de noviembre».
En julio de 1919, Hitler se infiltró en un pequeño partido
nacionalista, el Partido Obrero Alemán (DAP). Allí, Hitler conoció a Dietrich Eckart, uno de los primeros miembros y fundador del partido.
Hitler comenzó a participar a tiempo completo en las actividades del partido. Ya a principios de 1921, Hitler era considerado como un gran orador con mucho carisma, hablando frente a muchedumbres cada vez más grandes. En febrero, habló ante seis mil personas en
Múnich. Para hacer pública la reunión, envió dos camiones de partidarios del Partido con esvásticas, para causar conmoción y distribuir prospectos; fue el primer empleo de esta táctica. Hitler ganó notoriedad fuera del partido por sus discursos polémicos, atacando el Tratado de Versalles, a políticos y grupos rivales (sobre todo marxistas) y a los judíos.

Por entonces, sus principales enemigos eran los comunistas. Para combatirlos, creó la Sturmabteilung —la SA— comandada por Johann Ulrich Klintzich, aunque el verdadero jefe era el capitán Ernst Röhm. Toma como emblemas la Hakenkreuz —la cruz gamada o Esvástica— y el saludo romano brazo en alto.
El grupo adquirió mayor preponderancia y en 1921 tomó el nuevo nombre de
Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán (NSDAP). En 1923 Hitler preparó, con el apoyo de Erich Ludendorff, un fallido golpe de Estado, por lo que fue condenado a cinco años de prisión, de los cuales sólo cumplió ocho meses. En el proceso dejó a todos sorprendidos con su excelente oratoria, inclusive a algunos de los jueces. Durante su encarcelamiento, le dictó a Rudolf Hess la primera parte del libro "Mi Lucha" (Mein Kampf), (la segunda parte de la obra la hizo fuera de la carcel) en esta obra presentaba a Alemania y al mundo cuál iba a ser su política futura y su visión del Lebensraum. Fue puesto en libertad en diciembre de 1924.
El inicio de la
Gran Depresión de 1929, el paro y el consecuente desencanto del pueblo alemán favorecieron, entre otras circunstancias, el incremento de sus seguidores.
Logró atraerse a las clases medias, los trabajadores en paro y a muchos
comunistas desencantados con el marxismo. Logró que su partido se convirtiera en el grupo parlamentario más fuerte en 1932. Sin embargo, fue derrotado por Paul von Hindenburg en las elecciones de marzo de ese año.

Ascenso al poder


Hitler promovió una ola de revueltas populares que forzó al débil e inestable gobierno al colapso. Debido a la situación reinante el presidente alemán Paul von Hindenburg nombró a Hitler como el nuevo canciller alemán el 30 de enero de 1933 con la colaboración de los católicos de Franz von Papen. Disolvió el Parlamento y convocó elecciones. Una semana antes de las votaciones, un comunista holandes incendió el Reichstag.
Consiguió la mayoría en las elecciones del
5 de marzo. En poco tiempo, logró afianzarse en el poder, detentando los cargos de canciller y presidente de la República a la muerte de Hindenburg (2 de agosto de 1934).
Hitler, como dirigente de
Alemania, ordenó la creación de un automóvil asequible para todos los ciudadanos, al que pensaba llamar «el vehículo del pueblo» (Volkswagen). Dicho automóvil fue diseñado y creado por Ferdinand Porsche. De ésta forma nació el coche más vendido de la época, el Volkswagen (que ahora es una marca, y entonces era el modelo) conocido después como el Escarabajo.
Promovió un
estado del bienestar cimentado sobre la creación de una seguridad social, controlando el precio de la vivienda para que fuera asequible a todos los ciudadanos (las hipotecas suponían aproximadamente un 7% del salario de un alemán medio) y apoyando un nuevo concepto consistente en las vacaciones para todo el pueblo.
Entregó a los campesinos
arios tierras en propiedad que anteriormente pertenecían al Estado.
En 1935,
Alemania exhibió una mejora sustancial en términos macroeconómicos, los índices de desempleo bajaron considerablemente asombrando a todo el mundo y la economía se vio fortalecida por un crecimiento interno superior al resto de las naciones europeas. Los marxistas y liberales del mundo entero no podían creer que Hitler y el nacionalsocialismo llevasen a Alemania y a los alemanes a un nivel de vida superior a las otras naciones.
Dueño absoluto de
Alemania, mostró sus éxitos contra el paro y en política exterior (reincorporación del Sarre y remilitarización de la Renania en 1936), lo que le valió el apoyo popular. La inauguración de los espectaculares XI Juegos Olímpicos de Berlín, en agosto de 1936, dio el espaldarazo definitivo al régimen de Hitler.
En 1937, la
Alemania de Hitler alcanzó el mayor nivel de desarrollo desde la Primera Guerra Mundial. Se ampliaron los programas de salud social parciales, se mejoraron los niveles de vida de la tercera edad (se aprobó la eutanasia selectiva no-voluntaria), los niveles de seguridad social parcial se vieron poderosamente reforzados. Aunados además a una mejor urbanización, los niveles generales de la clase media se vieron incrementados. La población en general percibió que la Alemania pos Versalles había desaparecido y surgía un potente Alemania con espíritu nacionalista.
En septiembre de 1938 se produjeron los
Acuerdos de Múnich, que autorizó la anexión de los Sudetes a Alemania. Como resultado de la cumbre, la revista TIME declaró que Hitler era el Hombre del Año de 1938. El Primer Ministro británico, Neville Chamberlain, saludó este acuerdo como "paz en nuestro tiempo".
El
1 de octubre de 1938 se verifica la Anexión de Austria, Anschluss y de los Sudetes al territorio alemán. Estos territorios eran ocupados por alemanes propiamente dichos y descendientes de alemanes. La entrada de Hitler a Austria fue apoteótica.
Hitler, promovió y apoyó las investigaciones sobre la televisión, primero instalando en
Berlín un estudio de televisión (llamado Paul Nipkow, que emitió hasta el año 1944) dotado de la televisión electromecánica de diseño Baird, luego requiriendo los servicios del propio John Logie Baird y más tarde apostando fuerte por la televisión electrónica (con tubo de imagen o iconoscopio). A mediados de los años 40 Alemania contaba con la mayor red de televisión del mundo, teniendo sus distintas sedes unidas por cable.
El 23 de agosto de 1939, Hitler recibió la confirmación de la firma del
Pacto Ribbentrop-Molotov. Alemania firma como medida de emergencia este pacto con la Unión Soviética.

Segunda Guerra Mundial

El famoso "corredor" polaco, de polaco tenía muy poco. El mismo estaba formado por las muy germánicas comarcas de Posen y West-Preussen (Prusia Occidental) y la Ciudad Libre de Danzig había sido fundada, desarrollada y habitada por Alemania desde hacía siglos. Tan alemana era toda esta zona que a los artífices del Tratado de Versalles no les quedó otra alternativa que permitir la existencia de Prusia Oriental aunque ésta estaba físicamente aislada del resto de Alemania, pues la separaba -justamente- el famoso Corredor polaco.
En largas negociaciones llevadas a cabo por el
Tercer Reich con Polonia, Alemania le había propuesto que se le permitiera construir un complejo ferrovial extraterritorial a través del Corredor y que Danzig se reincorporara al Reich. A cambio de esto, Alemania garantizaría a Polonia el uso libre y preferencial del puerto de Danzig, aceptaría las fronteras existentes y formalizaría un pacto de no-agresión por 25 años.
Polonia pareció querer aceptar estos términos en diversas oportunidades pero la presión externa, particularmente del gobierno británico la azuzaban para que no aceptase absolutamente ninguna propuesta alemana y que -todo lo contrario- tomara medidas brutales contra la población alemana bajo su control. Casi tres millones de personas. Llegóse así a la firma de un pacto de asistencia mutua militar entre Gran Bretaña y Polonia a principios de 1939 que fue rapidamente seguido por otro tratado semejante entre Francia y Polonia. El cerco alrededor de Alemania estaba tendido.
Las negociaciones germano-polacas se ven totalmente frustradas a fines de agosto de 1939 elevándose la tensión política al máximo al conocerse las nuevas matanzas de alemanes, bajo control polaco, entre la que se destaca la masacre de Bromberg verificada luego por la Cruz Roja Internacional.
Tendido el cerco a su alrededor,
Alemania firma como medida de emergencia un pacto con la Unión Soviética (que los más altos dirigentes alemanes consideraban como provisorio), para poder así recuperar por las armas sus derechos sobre sus antiguas provincias en el Este ya que Polonia instigada por Inglaterra y Francia, no se avenía a negociar pacificamente.
Así llegamos a la madrugada del
1 de septiembre de 1939, cuando las Fuerzas Armadas alemanas recuperan Posen, Prusia Occidental y Danzig, continuando sus operaciones militares invadiendo Polonia y tomando su capital, Varsovia. Ante este hecho, Inglaterra envía un ultimátum a Alemania que exigía que Alemania retirara sus tropas a sus posiciones previas al primero de setiembre, cosa que era inadmisible para Alemania y que -lógicamente- no aceptó. Inglaterra arrastró a una renuente e insegura Francia para que enviara un ultimátum idéntico. Al rechazar Alemania ambos ultimátums, Inglaterra y Francia le declararon la guerra a Alemania el 3 de septiembre de 1939, en virtud de los pactos de asistencia mútua que ambos habian suscripto con Polonia. Así se empezaba una guerra -que terminaría siendo mundial- para "defender a Polonia".
Pero la pobre
Polonia -que parece se habia creído todo lo que les decian los ingleses- no recibió ayuda alguna de sus "aliados". Ni en forma directa: apoyo militar franco-británico en Polonia; ni indirectamente: un ataque franco-británico contra Alemania por Occidente. No. Polonia quedó total. La batalla duró apenas 16 días. Ante la inminente caída de Varsovia, su gobierno se exilió en Londres desde donde esperaba continuar la lucha con el apoyo de sus "aliados" para la final reconquista de su Patria....o por lo menos eso era lo que creían.
Resulta extraño comprobar como, por ejemplo, cuando la
Unión Soviética -en virtud del pacto con Alemania- invadió la mitad oriental de Polonia el 17 de setiembre de 1939, ninguna de las "democracias" se dió por enterada. Como tampoco se parecen haber enterado de las invasiones de la Unión Soviética a Estonia y Letonia en junio de 1940, Lituania en agosto del mismo año y de la brava Finlandia en noviembre de 1939. Por alguna razón oculta las "democracias" occidentales no consideraban al régimen soviético como un peligro. A pesar de haber masacrado a millones de personas en Rusia y sus invasiones a naciones soberanas. Y cuya ideología internacionalista oficial proclamaba la intención de crear un estado mundial comunista a través de un proceso revolucionario violento.
Sí, en cambio, consideraban como un peligro mundial a la territorialmente diminuta
Alemania cuyo propósito oficialmente proclamado era el de recuperar los territorios europeos que le fueron arrebatados por el vergonzoso Tratado de Versailles; combatir al bolchevismo; formalizar una alianza con Inglaterra; olvidar las querellas territoriales con Francia por Alsacia y Lorena y renunciar a recuperar sus colonias de ultramar que tambien fueron arrebatadas por el Tratado de Versailles.
En abril de 1940, las fuerzas alemanas entran en
Dinamarca y Noruega. Francia se rindió el 22 de junio de 1940. Esta serie de victorias convenció a su principal aliado, Benito Mussolini de Italia, para unirse a la guerra al lado de Hitler.
Gran Bretaña, cuyas fuerzas habían sido derrotadas en Francia fueron evacuadas de la ciudad costera de Dunkerque. Hitler dió ordenes expresas de no atacar a los británicos y permitirles la huída. Este hecho es vergonzosamente ocultado por la "historia oficial". Después de sus gestiones en pro de la paz llevadas a cabo por Hitler y sistemáticamente rechazadas por el Gobierno británico, ahora conducido por Winston Churchill, Hitler ordenó el ataque a las Islas Británicas, dando lugar a la Batalla de Gran Bretaña.
El 22 de junio de 1941, tres millones de soldados alemanes atacaron la
Unión Soviética, rompiendo el pacto de no agresión. Esta invasión fue conocida como la Operación Barbarroja. Los alemanes llegaron a Moscú en diciembre de 1941 pero el terrible invierno ruso y el gran desgaste alemán en varios frentes ocasionaron la no entrada de los alemanes a Moscu. A todo esto Estados Unidos, presionado por el judaísmo internacional, también entró en guerra contra Alemania. Y la ayuda italiana no fue suficiente para cambiar el rumbo de la guerra.

Perfil Psicológico

El gran interés que despierta la figura de Hitler se debe precisamente a los ribetes de su extraordinario tipo de personalidad y su halo de impenetrabilidad. Hitler poseía un extraordinario carisma capaz de envolver no sólo a las personas, sino también a las masas, además de poseer una gran oratoria gesticular muy estudiada. Una persona única e inigualable.
Muy pocas personas integraban su séquito personal, se pueden citar al fotógrafo
Heinrich Hoffmann, Martin Bormann, Hermann Goering, Wilhelm Bruckner, Josef Dietrich, Joseph Goebbels, Julius Schaub, Julius Schreck y los arquitectos Geisler y Albert Speer, además de sus secretarias personales. A ellos les exigía lealtad a toda prueba y discreción.
Vegetariano
[1] y ecologista, promulgó las primeras leyes de la historia que penaban el maltrato a los animales. No permitía a sus colaboradores fumar y beber frente a él.
Una de las secretarias personales de Hitler,
Traudl Junge, describió así la esencia que emanaba de la persona de Hitler: «Cuando estaba presente (Hitler), todo el edificio bullía de actividad, todos corrían, los teléfonos sonaban, los radioespectadores no cesaban de enviar y recibir notas de comunicados (...) Cuando él estaba ausente, todo volvía a una monótona normalidad, Hitler era como una especie de dinamo». Traudl Junge describió a Hitler como una persona muy considerada y afable.
Una de las características más relevantes de la personalidad de Hitler era la capacidad de impresionar a quienes lo rodeaban; había personas que podían ser muy fuertes y seguras en sus campos de acción, pero en presencia de Hitler estas personalidades se veían sorprendidas por la capacidad intelectual del
Führer y sus conocimientos generales.
Cita Junge en sus remembranzas: "Hitler era vegetariano, gustaba del té y además no soportaba el calor; no se podía fumar en su presencia. Hitler se acostaba muy tarde".
Hitler predicaba con el ejemplo pagando sus propios costes personales sin derogar ningún fondo del Estado. Los ingresos de Hitler, hábilmente administrados por su secretario personal
Martin Bormann, sucesor de Rudolf Hess, provenían de los derechos por su imagen postal y por su libro Mein Kampf.
Cuando le tocaba tratar temas variados sobre aspectos técnicos o militares, mostraba un acabado conocimiento de estos, llegando a sorprender a sus interlocutores.
Hitler era muy condescendiente con quienes mostraban valor y arrojo en combate; llegó a diseñar él mismo la Cruz de Brillantes, Espadas y Robles para
Hans-Ulrich Rudel, el célebre piloto de Stukas.


Pos Hitler


Durante los Juicios de Núremberg, las potencias vencedoras montaron un tribunal para juzgar a los vencidos. Se acusó a 611 personas, integrantes de las diversas instituciones del Tercer Reich, de cinco delitos: complot, crímenes de guerra, crimen contra la humanidad (exterminio), crímenes contra la paz y genocidio. Los principales jerarcas nacionalsocialistas apresados fueron condenados a la horca o a largas penas de prisión; otros murieron en los meses que siguieron a la caída de Berlín.
Las democracias prohibieron el
nacionalsocialismo y cualquier reminiscencia ideológica afín en casi toda Europa; de hecho no se pueden publicar bibliografías, esvásticas y otros símbolos sin riesgo de cometer falta o delito punible.
La publicación del libro
Mein Kampf de Hitler está prohibida en muchos países democráticos; no obstante, todavía es editado, entre otros lugares, como España y circula libremente por librerías de algunos países sin restricciones, en muchos idiomas y es objeto de estudios de todo tipo.
En la actualidad la figura de Hitler y el
nacionalsocialismo, su personalidad y hechos son objeto de estudios de toda índole y es constantemente analizada por autores en distintas biografías, siendo una de las más completas la publicada por el escritor británico David Irving, La guerra de Hitler.


http://es.metapedia.org/wiki/Adolf_Hitler

El gran lider Adolf Hitler nos mostro el verdadero camino del guerrero ARIO .

Nacion Y Raza siempre firme al NACIONAL-SOCIALISMO. SIEG HEIL!!!