Nacionalsocialismo


sábado, 28 de junio de 2008

el hitlerismo y la donación de organos (MIGUEL SERRANO)


El Hitlerismo y la Donación de Organos
Se aceleran los signos del Apocalipsis. Cada vez más Chile se convierte en un satélite del Gobierno Mundial y de sus dictados psicotrónicos. Los medios de comunicación, la prensa, son controlados por “comisarios” ubicados en puestos claves; pertenecen al “pueblo elegido”.
Ya casi nada se publica sin su aprobación. Y la orgía, el frenesí actual de “donación de órganos”, aquí en Chile, es altamente sospechoso, pues la Biblia nos revela que ellos son el alimento preferido de Jehová. Y también lo serán del Mesías robótico, del Robot Genético, que pronto se entronizará en la cúspide de la Pirámide del Gobierno del Nuevo Orden Mundial.
La siguiente carta fue enviada a todos los medios de difusión del país. Sólo unos pocos la publicaron.
Señor Director:
La verdadera orgía político-demagógico-electoral de la donación de órganos es algo inmoral y escandaloso para quienes tienen un verdadero sentido espiritual y religioso de la vida. El cuerpo humano no es una maquina que pueda intercambiar tuercas, pernos y poleas. Además, “nadie se muere en las vísperas”, como dice la sabiduría popular. Prolongar la vida de un cuerpo mas allá de la hora del Destino (del Karma, como piensan los hindúes) es un pecado metafísico. O es un materialismo extremo; es no creer realmente en “un mas allá de la vida” y un terror pánico a la muerte.
Nos acercamos, así, a un fin de mundo, al parecer. La locura es colectiva, total. Se crearan “bancos de riñones”, “de hígados”, “de corazones”; se harán trasplantes con vísceras de animales. Con el tiempo se venderán en los supermercados, especificando las razas y los países: de Taiwán, de Indochina, de Japón. Será un negocio más, dentro de la economía social de mercado. Los donantes cobraran en vida. Y los hospitales y los médicos, felices. ¡Todo aprobado por el Parlamento! Los presidentes y vicepresidentes de las Cámaras altas y bajas se arrepentirán luego de su gesto altruista, de haberlos donado gratis; aunque se compensaran con los votos de sus electores agradecidos.
Hay una contradicción muy grande en la posición de la Iglesia Católica, al propiciar hoy entusiastamente la donación de órganos humanos, de los “restos mortales”, según se ha definido al cadáver. Cabe preguntarse: ¿y la “resurrección de la carne”? ¿Qué es lo que va a resucitar? ¿Un cascaron, una momia sin entrañas, sin riñones, sin ojos? ¿Así resucito Jesús? Para los espiritualistas, el cuerpo, con todos sus órganos, es la réplica de otro cuerpo espiritual, que aquí, en este plano de la Tierra, se “representa”, se reproduce, se plasma, siendo como el revelado del negativo, y, por lo mismo, también espiritual y no intercambiable. Todo esto debe ser devuelto a su origen con la muerte y, más aun, con la resurrección; puesto que sólo habría sido prestado. Lo demás es destruir el propio “negativo”, sin posibilidad alguna de otra reproducción ni menos de vida eterna. La disolución por los gusanos del cuerpo muerto no es su destrucción, sino una liberación de la energía de cada órgano, para restituirlo a su existencia invisible, de otra sustancia más sutil, espiritual, o más espiritual, donde cumple otras funciones que aquí nos son desconocidas.
En Chile estamos entrando en el callejón sin salida del más atroz materialismo. Las maquinas prolongan la vida de cadáveres vivientes; el trasplante de órganos, la cibernética, van a intervenir, modificando el Karma, alterando o contraviniendo la voluntad de la Divina Providencia, que es auténtico Amor.
La posición del Hitlerismo, del Nacionalsocialismo, es absolutamente contraria al trasplante y a la donación de órganos del cuerpo humano y también de los animales, y a la prolongación artificial de la vida. En la batalla de las Ardennes, casi al finalizar la Segunda Guerra Mundial, los SS, gravemente heridos, que pudieron ser salvados con una transfusión de sangre extraña, prefirieron la muerte a aceptarla.
Esta es también nuestra posición extrema.

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